Esta es una filosofía que entronca con el diseño multidispositivo y que defiende que el diseño de interfaz debe partir del diseño de las interfaces para dispositivos móviles, o sea, el móvil primero. La idea es que la adaptación progresiva a formatos más grandes se hará más fácil si se parte de la esencia de los elementos que se deben desarrollar en un dispositivo más pequeño. Digamos que sería algo así como ir de lo concreto a lo general, o al menos es como yo lo veo.
En la siguiente ilustración se hace una comparación de lo que sería una degradación gradual del diseño partiendo de formatos más grandes y siguiendo con el diseño de interfaces móviles y un diseño que se mejora progresivamente si se sigue el camino contrario.
Algunos de los beneficios que promulga esta filosofía:
- Permite el acceso a más usuarios (el 77% de la población mundial tiene móvil y el 85% de los móviles vendidos en 2011 estaba equipado con navegador)
- Obliga a los diseñadores a centrarse en el contenido y funcionalidades centrales (¿que hacer cuando pierdes el 80% de tu pantalla para diseñar?)
- Deja que los diseñadores innoven y aprovechen las ventajas de las nuevas tecnologías (geolocalización, eventos como arrastrar, pulsación múltiple, etc)
Os dejamos un dato por si pensáis que internet viene dentro de tu ordenador de sobremesa:
España es el país de Europa con mayor penetración de smartphones, al tener un 66% de los usuarios de móvil.
Casi 7 de cada 10 personas que tienen un móvil disponen de internet en su terminal.
Parece que en España cada vez más parece que va cobrando sentido eso del Mobile First. Si os interesa podéis encontrar el libro de Luke Wroblewsky, padre filosófico de esta idea.
Voy a ver como ha quedado esta entrada en el móvil 😉